Independencia del Pecado, Dependencia de Dios

Publicado July 4, 2015 por Orlando Arias

Hoy en los Estados Unidos se celebra el día de la independencia. Muchos celebran en familia, playa, con barbacoa, y claro, no pueden faltar los fuegos artificiales. Precisamente, en este momento me preparo junto a mi esposa, Lib, para ir a celebrar con la familia en Nueva Jersey. Además de eso, creo que todos disfrutamos el fin de semana largo.

La independencia de los Estados Unidos significó que las trece colonias que lo formaban decidieron que lo mejor era no estar bajo el dominio opresor de la Monarquia Inglesa, por lo tanto, declararon su independencia de tal.

La Biblia nos demuestra que todo ser humano está bajo la esclavitud del pecado y por lo tanto todos necesitamos ser liberados de esa esclavitud. Jesus nos dice en Juan 8:34 lo siguiente, “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado”.  Muchos aman esa esclavitud y no se dan cuenta que algo esta mal, que las cosas no son como deberían ser. Otros, se dan cuenta de su esclavitud pero en sus intentos de ser liberados de esa esclavitud concluyen que la verdadera liberación es su independencia en todo sentido.

En el tiempo en el cual vivimos, nuestra sociedad ha concluido que la liberación de su pecado es aceptarlo como normal. Mas allá, ha concluido que su independencia debe comenzar siendo independencia de Dios.

Como Cristianos, debemos reconocer que nosotros hemos declarado nuestra independencia del pecado porque Cristo Jesús nos liberó del pecado. El es el único que tiene el poder de hacerlo, El es el único que puede pagar nuestra deuda delante del Padre. En nuestra naturaleza humana, todos podemos dar testimonio que hemos tratado de auto-liberarnos sin ningún resultado favorable. Unos buscan liberarse por medio del alcohol, ya que esto les permite olvidarse temporalmente de su condición. Otros buscan ser libres al disfrutar tanto su pecado, ya sea homosexualidad, adulterio o cualquier otro pecado, aceptarlo como normal, pensando que de esa manera serán libres de toda culpa. Lamentablemente, también otros buscan ser liberados a través de sus buenas obras pensando que por su moralidad serán aceptados delante de un Dios que demanda su perfección. Nuestros fallidos intentos de liberación nos debe llevar a reconocer que Jesús es nuestra única esperanza de independencia al pecado.

Nosotros como Cristianos, también debemos reconocer que aunque somos libres del pecado, no somos independientes de Dios, y así debe ser. Dios es nuestro mayor beneficio, nuestra mayor herencia. Seria ilógico e inútil buscar independencia de Dios, solo nos llevaría a la destrucción. Lamentablemente, eso es precisamente lo que nuestra sociedad esta experimentando en este momento de su historia. El Cristiano maduro es aquel que reconoce cada día más su dependencia a Dios. Jesús le comparte a sus discípulos en Juan 15:5, “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer.”

Quisiera concluir compartiéndoles unas palabras de la declaración de independencia de los Estados Unidos: “Sostenemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador con derechos entre los cuales esta, la vida, libertad y la búsqueda de la felicidad”. Muchos pueden querer argumentar que la referencia a Creador puede referirse a cualquier ser supremo, pero la Biblia identifica a ese Creador como el Hijo de Dios (Hebreos 1). Los escritores de esa declaración de independencia por lo menos reconocían que aunque ellos podían ser independiente de Inglaterra, seguían dependiendo de Dios. La verdadera independencia se encuentra en Jesús, que nos da vida, la libertad, y es nuestra verdadera felicidad.

Que en este día de celebración, nosotros podamos reflejar nuestra dependencia a Dios y la independencia del pecado que solo se adquiere por fe en el Hijo de Dios, Jesucristo.

Soli Deo Gloria